(Des)información generalista  (31/03/2017)

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En algunas ocasiones, los titulares de prensa no hacen excesiva justicia a la realidad. En otras ocasiones, la búsqueda del medio de causar un mayor impacto en el público lector determina el dotar de un determinado enfoque o resaltar cierto detalle de la noticia. Son cosas que pasan, pensamos ya con resignación, donde la propia costumbre y capacidad del lector para filtrar la información, acostumbrado a ese “amarillismo” omnipresente, hacen el trabajo por nosotros.

Sin embargo, hay otras ocasiones como ésta en las que los intereses y las obligaciones editoriales de un medio hacen que algunas noticias sobrepasen lo verosímil y rocen el esperpento.

Y no se trata tan solo de que la fotografía que acompaña al texto de la noticia sea en buena medida torticera -ya lo decíamos; estamos acostumbrados a que la imagen coarte la percepción de lo que leemos-. Tampoco se trata de que el “hecho noticiado” tenga una antigüedad de más de tres meses -pese a que el mantra de la prensa siempre sea la inmediatez-. Como lectores, haciendo un esfuerzo, pasamos también por alto meteduras de pata en datos y cifras -nadie pone en duda que escribir 2015 en lugar de 2016 se trata una inocente errata-.

No obstante, hay algunas prácticas que, desde Maldito Records consideramos excesivamente poco serias y, en cierta medida, ridículas para un medio de -supuesta- información generalista de envergadura y con una trayectoria así de longeva, aunque, de nuevo, lamentablemente nos vemos obligados a acostumbrarnos. Se trata, en definitiva, de manipular el texto de forma que, sin lugar a dudas, el lector recibe informaciones no solo enormemente coartadas, sino erróneas y que, además de atentar contra la veracidad, menoscaban la imagen de otras personas o entidades.

Con toda esta reflexión hablamos, en este caso, de la persecución sistemática a La Gossa Sorda por parte de la prensa generalista conservadora y de carácter más rancio.

En cualquiera de los casos, estas anécdotas se quedan en eso, lo que son y, lo que nos provoca más tristeza, para quien son. Nosotros, como sello independiente, seguiremos esforzándonos en continuar con nuestro incansable trabajo, buscando la calidad, la coherencia y hacer las cosas bien. Como se suele decir en estos casos: ladran, luego cabalgamos.