Seis años después de su última entrega de material, Registro de penados y rebeldes (DRO, 2003), y a dos años vista de que movieran el recopilatorio Alijos confiscados, Vikingo MD, Distorsión Morales, Diablero Díaz, Amnésico, Abogado del Diablo y el Manipulador, los Narco del siglo XXI, han decidido ajustar cuentas con la sociedad con la comercialización de un nuevo alijo de material sonoro, Alita de mosca, saldando así también cuentas con sus fans. Pagándoles la deuda contraída tras su regreso en 2008.
Tras poner en circulación cuatro impactantes partidas de canciones (Satán vive, Talego pon pon, Chaparrón de plomo y el ya citado Registro de penados y rebeldes), he aquí, ya en la calle, Alita de mosca, nueva entrega que, a la vista de su contenido, no va a dejar indiferente a nadie; 15 recaditos contra la hipocresía que envuelve al mundo acechan por el disco: Soy el narco, Sotánico, Son ellos, La última cena, Estrellas en el pecho, Dame veneno, Exorcismos caseros, La hermandad de los muertos, Pa los restos y un día, El hombre que susurraba a los camellos y Mi negocio. 15 detonaciones de regusto sórdido y desafiante (como la vida misma, no más) producto, como en anteriores operaciones de entrega, de mezclar agresivos riffs de guitarras, apocalípticos samplers y cierto espíritu gansta con la habitual base de hip hop, hardcore y metal. La presente colección se completa con dos intros, varios samplers y un tema oculto… por los motivos de que se trate. La primera edición del disco, limitada y numerada (presentada con una faja de cartón con un numerador de copias que va de la 0001 a la 2000), incluye, además, un libreto de 16 páginas, un cartel en A3, un adhesivo y otro tema incluido como bonus track, Julio César Chaves.
Impenitentes cronistas del lado oscuro de Sevilla (más allá del gran poder de las hermandades, los señoritos y la corrupción), Narco, la banda de vándalos por excelencia, ha vuelto, y estos son sus poderes: las malencaradas composiciones de Alita de mosca, su nueva partida de canciones. Unos temas disparados con bala en su totalidad, no dando lugar a posibilidad alguna de suerte, como en la ruleta rusa. 15 inquietantes dosis que, transparentes, de fuerte sabor y gran pureza, se presentan sin corte alguno ni adulteración, en la línea de las entregas más celebradas de la banda; ¿el resultado? Una música que, pura alita de mosca, más que tranquilizarlas, pondrá nerviosas a las fieras… e incluso a los humanos.
Alita de mosca: Narco, una vez más, moviendo material. Los Narco a saco… en el sentido que se quiera, poniendo la banda sonora al infierno de los barrios. Al color especial que ha tenido y sigue teniendo su ciudad. Narco a degüello, a por todas y a por todos. Los Narco a dar… y no sólo que hablar. Narco, hay cosas que es mejor no probar nunca, cosas que es imposible abandonar: no podrás decir No a la pureza. Alita de mosca, cuidado que engancha, puro Narco, pura alita… de la Macarena: por fin se acabó la espera, el síndrome de abstinencia; ya está todo listo para el nuevo subidón.
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